Domingo 8 de octubre del 2006
Hoy estuvimos en el museo de la ciudad de Naarden. Localizado 20 kilómetros al este de Amsterdam se encuentra el museo de las murallas y el fuerte Naarden. Construidas en 1350, las murallas de Naarden han sido modificadas a través de los siglos, y de los enfrentamientos contra España, Inglaterra, Francia e incluso Bélgica. Siendo de forma ovalada inicialmente, y luego de su primer ataque, fueron modificándose, añadiendo esquinas triangulares, y luego más “islas” en forma de triángulo rodeadas de agua, para impedir el paso de la tropa enemiga. Su última modificación fue en el siglo XVII, y conserva hasta hoy su forma de estrella. El museo fue construido en el Bastión Turfpoort, en la sexta punta de la estrella del fuerte Naarden. Es un gran lugar donde de forma dinámica puedes conocer la historia de guerra de la ciudad, cómo fue construido el fuerte, la vida de los soldados dentro de él, la estrategia de inundación de sus alrededores como sistema de defensa y la historia de la ciudad amurallada en sí. Por 3 Euros puedes recibir el folleto ilustrativo (en inglés o en Holandés), una breve explicación de la señorita en la entrada, y puedes a través del folleto, ilustrarte sobre casi todo. En la entrada se encuentran dos cañones que pesan 3600 kg cada uno. A la derecha, de primera mano, puedes avanzar por un corto pasillo y conocer las armas de la época, ver y escuchar a los soldados que preparan la munición para disparar el cañón, actividad que comienza cada cinco minutos y que finaliza con el estallido del cañón. Luego sales al aire libre y avanzas hacia la punta de esta muralla en forma de triángulo, y caminando a la derecha en unos de sus lados (siendo la base la entrada), encuentras el lower flank, con tres cañones posicionados y listos para disparar; en una de las dos zonas frontales de tiro que tiene este bastión. que es parte más segura de la muralla, desde donde se encuentran cinco zonas de tiro de cañón (de cada lado), y desde donde puedes ver cualquier cosa que se aproxime, desde cualquier dirección. En ella se encontraban también dos botes con hombres y municiones para ir a las “islas” (triángulos también, construidos como una zona de defensa extra), que se encuentran delante de las murallas, separadas por toda una zona de agua. Actualmente, no tienen soldados que van a las islas en bote, sino guías que cada 45 minutos llevan a los turistas a dar un paseo, para tener una mejor idea de la forma de la muralla. Durante el paseo de 15 minutos en bote, un guía muy emotivo, explica en Holandés la historia de las murallas, nos muestra las estructuras que fueron utilizadas para escuchar cuando el enemigo se acercaba (parecidas a los instrumentos para ver a través del agua en los submarinos), y hasta habla con las cabras vecinas, que dejan de pastar para mirarlo cuando él las llama.
Luego del paseo en bote (en el cual también pasamos dos veces por debajo de un puente sólo un poco más alto que la embarcación), entramos a la antigua tienda de municiones, donde actualmente tienen la sala de video, en la que durante 15 minutos cuentan en Holandés la historia de la construcción del fuerte, cómo perfeccionaron las armas y la estructura del bastión. Si deseas luego puedes entrar en la cafetería y tomar algo mientras miras los recuerdos del fuerte que puedes llevar a tus amigos (yo no llevo ninguno porque la mayoría son armas y están caros!!). Luego entras a la zona amurallada, donde vivían los soldados, y encuentras información ilustrada sobre la historia, las guerras y la ciudad. Hay soldados en la oficina de mando, sentados leyendo un periódico del siglo XIX, y escuchando las noticias del frente. Encuentras la sala de curaciones, un soldado herido, la camilla donde lo transportaban, y un soldado mirando un mesa con recipientes, que da la impresión más de estar buscando comida, que de ser el enfermero que cura el soldado. Si pulsas el botón de cada lugar, puedes escuchar el ambiente y las conversaciones de la época, y mientras seguimos escuchando el lamento del soldado herido, pasamos al laboratorio de municiones, en el sótano, donde fabricaban las municiones, primero redondas, luego las perfeccionaron hasta la forma de una bala que enviaban hasta la superficie con una polea bien fuerte y un cajón. Luego pasamos a una sala donde se encuentra un cañón con ruedas. Raoul me dice que también fué un avance en su estrategia de guerra, para volverlos más fáciles de manejar y más certeros. Curiosamente, debido a toda esta estrategia de defensa, luego de haber aprendido, perfeccionado sus armas y sus murallas, ganado su independiencia de España(y de haber perdido el territorio de lo que ahora es Bélgica) Holanda no tuvo muchas más guerras por ganar.
Para cerrar con broche de oro, nos encontramos de nuevo cerca de la entrada, en un cañón que minutos antes estaba sellado, y una mujer de edad explica a unos niños de una fiesta de cumpleaños, cómo se preparaban los cañones para ser disparados. ¿Será que van a disparar en serio?. Tienen todas las herramientas para limpiar el cañón, poner la pólvora, la mecha, la paja y la bala. Sigo atentamente la explicación en el lenguaje corporal, y espero atenta al desenlace. ¡Sí, es cierto!, la señora ha seguido todos los pasos, los niños han participado activamente y ella nos pide que nos alejemos de la zona de tiro. Se acerca el guía del bote con un madero encendido y yo no me decido entre taparme los oídos o tomar la foto y fué entonces cuando… BOOM!!, sonó el disparo del cañón y lanzó al agua una bala de plástico, que quedó flotando frente a nosotros. Del cañón comenzó a salir humo y el olor característico a pólvora, mientras los niños corrían excitados a ver la bala en el agua, y yo estuve revisando a ver si salió la foto…
Si vienen a Naarden y se quedan sin la foto del disparo del cañón porque se descargó la cámara y la batería de repuesto la dejaron en el auto, no hay problema!, esta demostración la hacen cada media hora de 2 a 4 la tarde, el tercer domingo de cada mes, desde mayo hasta septiembre…
Hoy estuvimos en el museo de la ciudad de Naarden. Localizado 20 kilómetros al este de Amsterdam se encuentra el museo de las murallas y el fuerte Naarden. Construidas en 1350, las murallas de Naarden han sido modificadas a través de los siglos, y de los enfrentamientos contra España, Inglaterra, Francia e incluso Bélgica. Siendo de forma ovalada inicialmente, y luego de su primer ataque, fueron modificándose, añadiendo esquinas triangulares, y luego más “islas” en forma de triángulo rodeadas de agua, para impedir el paso de la tropa enemiga. Su última modificación fue en el siglo XVII, y conserva hasta hoy su forma de estrella. El museo fue construido en el Bastión Turfpoort, en la sexta punta de la estrella del fuerte Naarden. Es un gran lugar donde de forma dinámica puedes conocer la historia de guerra de la ciudad, cómo fue construido el fuerte, la vida de los soldados dentro de él, la estrategia de inundación de sus alrededores como sistema de defensa y la historia de la ciudad amurallada en sí. Por 3 Euros puedes recibir el folleto ilustrativo (en inglés o en Holandés), una breve explicación de la señorita en la entrada, y puedes a través del folleto, ilustrarte sobre casi todo. En la entrada se encuentran dos cañones que pesan 3600 kg cada uno. A la derecha, de primera mano, puedes avanzar por un corto pasillo y conocer las armas de la época, ver y escuchar a los soldados que preparan la munición para disparar el cañón, actividad que comienza cada cinco minutos y que finaliza con el estallido del cañón. Luego sales al aire libre y avanzas hacia la punta de esta muralla en forma de triángulo, y caminando a la derecha en unos de sus lados (siendo la base la entrada), encuentras el lower flank, con tres cañones posicionados y listos para disparar; en una de las dos zonas frontales de tiro que tiene este bastión. que es parte más segura de la muralla, desde donde se encuentran cinco zonas de tiro de cañón (de cada lado), y desde donde puedes ver cualquier cosa que se aproxime, desde cualquier dirección. En ella se encontraban también dos botes con hombres y municiones para ir a las “islas” (triángulos también, construidos como una zona de defensa extra), que se encuentran delante de las murallas, separadas por toda una zona de agua. Actualmente, no tienen soldados que van a las islas en bote, sino guías que cada 45 minutos llevan a los turistas a dar un paseo, para tener una mejor idea de la forma de la muralla. Durante el paseo de 15 minutos en bote, un guía muy emotivo, explica en Holandés la historia de las murallas, nos muestra las estructuras que fueron utilizadas para escuchar cuando el enemigo se acercaba (parecidas a los instrumentos para ver a través del agua en los submarinos), y hasta habla con las cabras vecinas, que dejan de pastar para mirarlo cuando él las llama.
Luego del paseo en bote (en el cual también pasamos dos veces por debajo de un puente sólo un poco más alto que la embarcación), entramos a la antigua tienda de municiones, donde actualmente tienen la sala de video, en la que durante 15 minutos cuentan en Holandés la historia de la construcción del fuerte, cómo perfeccionaron las armas y la estructura del bastión. Si deseas luego puedes entrar en la cafetería y tomar algo mientras miras los recuerdos del fuerte que puedes llevar a tus amigos (yo no llevo ninguno porque la mayoría son armas y están caros!!). Luego entras a la zona amurallada, donde vivían los soldados, y encuentras información ilustrada sobre la historia, las guerras y la ciudad. Hay soldados en la oficina de mando, sentados leyendo un periódico del siglo XIX, y escuchando las noticias del frente. Encuentras la sala de curaciones, un soldado herido, la camilla donde lo transportaban, y un soldado mirando un mesa con recipientes, que da la impresión más de estar buscando comida, que de ser el enfermero que cura el soldado. Si pulsas el botón de cada lugar, puedes escuchar el ambiente y las conversaciones de la época, y mientras seguimos escuchando el lamento del soldado herido, pasamos al laboratorio de municiones, en el sótano, donde fabricaban las municiones, primero redondas, luego las perfeccionaron hasta la forma de una bala que enviaban hasta la superficie con una polea bien fuerte y un cajón. Luego pasamos a una sala donde se encuentra un cañón con ruedas. Raoul me dice que también fué un avance en su estrategia de guerra, para volverlos más fáciles de manejar y más certeros. Curiosamente, debido a toda esta estrategia de defensa, luego de haber aprendido, perfeccionado sus armas y sus murallas, ganado su independiencia de España(y de haber perdido el territorio de lo que ahora es Bélgica) Holanda no tuvo muchas más guerras por ganar.
Para cerrar con broche de oro, nos encontramos de nuevo cerca de la entrada, en un cañón que minutos antes estaba sellado, y una mujer de edad explica a unos niños de una fiesta de cumpleaños, cómo se preparaban los cañones para ser disparados. ¿Será que van a disparar en serio?. Tienen todas las herramientas para limpiar el cañón, poner la pólvora, la mecha, la paja y la bala. Sigo atentamente la explicación en el lenguaje corporal, y espero atenta al desenlace. ¡Sí, es cierto!, la señora ha seguido todos los pasos, los niños han participado activamente y ella nos pide que nos alejemos de la zona de tiro. Se acerca el guía del bote con un madero encendido y yo no me decido entre taparme los oídos o tomar la foto y fué entonces cuando… BOOM!!, sonó el disparo del cañón y lanzó al agua una bala de plástico, que quedó flotando frente a nosotros. Del cañón comenzó a salir humo y el olor característico a pólvora, mientras los niños corrían excitados a ver la bala en el agua, y yo estuve revisando a ver si salió la foto…
Si vienen a Naarden y se quedan sin la foto del disparo del cañón porque se descargó la cámara y la batería de repuesto la dejaron en el auto, no hay problema!, esta demostración la hacen cada media hora de 2 a 4 la tarde, el tercer domingo de cada mes, desde mayo hasta septiembre…
Alejandra
